Practicando la introspección
Si nos atreviéramos a analizar, desfragmentar y
estudiar los sentimientos que inunda nuestro ser, nos evitaríamos muchos
problemas, mal entendido y arrepentimientos.
Recuerdo haber escuchado a un famoso semiólogo asegurando que el origen de todo
sufrimiento es que no sabemos sentir, desde pequeños nos van inculcando el arte
de reprimir lo que sentimos. No se preocupan por ponerle nombre a lo que vamos
experimentando, no te dan un momento para entenderlo y asimilarlo, en cambio
somos adiestrados en mil y un formas de anestesiar lo que sentimos.
Vivimos en una época en la que el humano busca la recompensa inmediata, permanecer siempre satisfechos y felices es el principal objetivo, sentirnos vulnerables es simplemente impensable y una total pérdida de tiempo.
Desconectamos corazón y mente para convertirnos en una especie de zombie humano, incapaz de descifrar lo que pasa en su interior actuando por inercia siempre en busca de esa felicidad infinita.
Así de simple catalogamos los sentimientos en positivos y negativos y hacemos todo lo que está dentro de nuestras manos para no sentir lo que cae en la categoría de malo, desecharlo en el mismo momento en el que empezamos a percibirlos.
Pero nadie se molesta en explicarnos las consecuencias de vivir siempre sedados y es que uno no puede elegir que sentir y que no, así que cuando nos privamos de sentir tristeza también nos privamos de sentir felicidad.
No
suavices tu enojo. No maquilles tu tristeza. No disimules la rabia. No
adelgaces tu alegría. No ahogues tu sentir en el silencio.
El
gran reto es atreverse a ser vulnerables, permitirnos sentir sin temor a ser
heridos, no huir del dolor, después de todo es parte de vivir, practicar la
introspección y ser amables con nosotros mismos para poder serlo con el resto
de las personas que nos rodean.
1.f . Tristeza vaga, profunda, sosegada y
permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que quienes la padecen
no encuentre gusto ni diversión en nada.
2.f. Med. Monomanía en que dominan las
afecciones morales tristes.
3.f. desus. Bilis negra o atrabilis
Culpa: Acompañante fiel de la melancolía,
la culpa es un sentimiento invasivo que provoca verse a sí mismo como un otro
que espera ser castigado.
Enojo: Movimiento del ánimo que, como resultado de algo que nos contraría operjudica, nos dispone contra una persona o cosa.
Ansiedad: Estado mental que se caracteriza por una
gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad.
Angustia que acompaña
a algunas enfermedades, en especial a ciertas neurosis.
Comentarios
Publicar un comentario