Practicando la introspección
Si nos atreviéramos a analizar, desfragmentar y estudiar los sentimientos que inunda nuestro ser, nos evitaríamos muchos problemas, mal entendido y arrepentimientos. Recuerdo haber escuchado a un famoso semiólogo asegurando que el origen de todo sufrimiento es que no sabemos sentir, desde pequeños nos van inculcando el arte de reprimir lo que sentimos. No se preocupan por ponerle nombre a lo que vamos experimentando, no te dan un momento para entenderlo y asimilarlo, en cambio somos adiestrados en mil y un formas de anestesiar lo que sentimos. Vivimos en una época en la que el humano busca la recompensa inmediata, permanecer siempre satisfechos y felices es el principal objetivo, sentirnos vulnerables es simplemente impensable y una total pérdida de tiempo. Desconectamos corazón y mente para convertirnos en una especie de zombie humano, incapaz de descifrar lo que pasa en su interior actuando por inercia siempre en busca de esa felicidad infinita. Así de simple catalo